Hoy en día el intrusismo laboral es uno de los problemas de los que prácticamente ningún sector se libra. De hecho, el sector de la cirugía plástica y estética es uno de los que más sufre este problema en la actualidad.
Es evidente que a lo largo de los últimos años la cirugía plástica se ha convertido en un negocio que mueve millones de euros cada año alrededor de todo el mundo, por lo que estas personas sin escrúpulos no lo dudan ni un instante y tratan de aprovecharse económicamente de aquellas personas que quieren poner solución a los diferentes problemas de su vida cotidiana.
Por norma general, lo que suelen utilizar estas personas para captar la atención de las personas interesadas en los diferentes tratamientos de cirugía estética es el factor económico. Resulta evidente pensar que prácticamente cualquier tratamiento de estética tiene un coste bastante elevado, por lo que muchas personas que no disponen de suficientes recursos para someterse a los diferentes tratamientos. Es a partir de aquí cuando entran en juego los tratamientos milagro o los descuentos y ofertas que en la mayoría de los casos son muy difíciles de creer.
El intrusismo en un sector como el de la cirugía plástica ha existido a lo largo de toda su historia, y de lo que no son conscientes muchos pacientes es del riesgo que puede suponer ponerse en manos de estos intentos de cirujanos. Sí, el factor económico es algo que por suerte por desgracia todos tendemos a tener en cuenta, ya que son muchas las dificultades a las que hemos tenido que hacer frente a lo largo de los últimos años en este sentido. Pero, ¿pueden estas personas llegar hasta el punto de poner en riesgo nuestra salud anteponiéndola al factor económico? Por lo visto sí.
Es de vital importancia tener en cuenta que la mayoría de estos falsos cirujanos plásticos no cuentan con la formación necesaria para realizar diferentes tipos de intervenciones, y es en los casos de los pacientes cuyas afecciones son más graves cuando el peligro se encuentra al acecho. Los cirujanos que sigue cuentan con la titulación exigida son sometidos continuamente exhaustivos controles en los que tienen que demostrar con hechos como actuarían ante diferentes situaciones y, lo que es mucho más importante, su manera de actuar ante los distintos problemas o complicaciones que se pueden presentar en cualquier tipo de intervención quirúrgica relacionada con la cirugía plástica y estética.
Ante un problema con una magnitud tan grande como este, de momento la solución más rápida y efectiva pasa por la prevención de los propios pacientes. Al fin y al cabo, la decisión de someterse o no a una intervención de estas características tiene la última palabra en el paciente, por lo que es su responsabilidad exigir al médico la titulación correspondiente para ponerse en sus manos con unas condiciones de seguridad óptimas.
Por otro lado, el endurecimiento de las sanciones por parte de las administraciones públicas es otro aspecto que debería comenzar a aplicarse para reducir lo máximo posible las intervenciones quirúrgicas por parte de este tipo de personas.
Al fin y al cabo, lo más importante que hay que tener en cuenta es que no existe una cantidad económica que pueda aliviar los problemas que se pueden originar después si hemos contactado con un profesional que está ejerciendo en este sector de manera totalmente ilegal. Debemos pensar que, aunque en un primer momento nos podamos ahorrar una suma de dinero muy importante en cualquier tipo de tratamiento, si algo sale mal la solución puede que sea totalmente irreversible.
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